Tengo ganas de hacerme un mate que me lleve a recorrer paredes ajenas. Cuatro, de ser posible... que me inciten e inviten a mirar por la ventana a este sol latente que llama a una lluvia nueva. Y que me abraces por la espalda y te quedes en silencio mirando el horizonte de sucios sonidos a ciudad. Y me invites a hacerte todo lo que quiero que me hagas, y sudemos juntos mientras se hincha el mate a una corta distancia... y que se sienta una risita, tuya o mía, que me obligue a pensar en ojos marrones, tuyos o mios, y que me obligue a olvidarme de esos tantos verdes que me atormentan. Y que volvamos la vista al sol y lo saludemos con un pucho tenue, y mientras cebás un mate me detenga en tu cuerpo desnudo, sudado, impregnado de todo el mío... y que te diga al oído todo lo que siento... lo bueno, lo malo, lo intermedio... y si por alguna razón que desconozco sentís la necesidad de vestirte en mi presencia, encuentres dificil hacerlo... y que te rías y te acerques a darme un beso y me cebes otro mate...
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