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14 nov 2013

Cópula gramatical.

En este pequeño e inhóspito lugar de convergencias, las palabras se someten a meticulosos cuidados, cuidados de madre amorosa. Cuidados con fin de mejorarlas. Hoy día las palabras han enfermado, ya no tienen su poder, ya no llenan con su encanto. Simplemente son, como hace tiempo no lo son, afiladas navajas con fines destructivos. Aún así, no deja de sorprenderme mientras camino, encontrarme con tantas de ellas en correcta forma y estado. En correcta unión y armonía. Con su encanto usual disimulado. Con su correcta caligrafía. La palabra no está perdida. Me recuerdo usualmente, la palabra está escondida, y espera a que la encuentren. Encontré hace poco tiempo, un torrente de palabras, estaban en una pintura. Estaban mas no estaban. Estaban porque las leía, pero no las encontraba. Eventualmente pienso, y en mi afán de perfección, no utilizo palabras, sino la imaginación. Encuentro retratos perdidos, los leo así como me len, y busco entre tantos de ellos, el mensaje que trasmiten. Encuentro maravilloso el mundo de la palabra, sea en novela, drama, canción, melodía, pintura, escultura, o en la más compleja joyería. ¿Se entiende lo que enhebro? ¿Tiene alguna lógica? Es que encierran consigo mil millares de emociones, complejas formulas destructivas, y las caricias más reconfortantes y curativas. Sigo maravillado, y de mi asombro no me asombro. Es que no hay cosa más perfecta que la escritura hecha cuento, narrativa, poema o cual fuere, siempre y cuando tenga un sentido. Un sentido para uno, y no el mismo para otro. En este pequeño e inhóspito lugar, en el cual me dieron acogida me siento muy a gusto conmigo mismo. Aunque sé que lo que hago, no es más que sombra en tanta magia. Pero lo hago de buen grado, y lo hago de corazón. Porque cada palabra que escribo, es mi retrato hablado, es mi emoción a flor de piel. Es para mí, y si también gustas, es para nosotros. Es que hay tanta magia en la escritura...

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